Esta semana ha muerto Paul Newman. Estos últimos días se ha elogiado su trabajo como actor, su discreción, su largo matrimonio, y por supuesto no se deja de mencionar su belleza.
No nos engañemos, Paul Newman era tal vez todas estas cosas pero era sobre todo un hombre escandalosamente guapo. Yo me atrevería a decir que era el hombre más guapo del mundo, lo cual, como todos sabemos, aunque a veces lo olvidemos, nunca es mérito propio. Creo ese torrente de admiración que se ha provocado su despedida se debe a que a pesar de ser asquerosamente guapo, parecía comportarse de manera relativamente normal.
Yo por mi parte me enamoré de él a los 15 años al ver La gata sobre el tejado de Zinc, pero ¿qué mujer no lo hizo?
domingo, 28 de septiembre de 2008
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3 comentarios:
Oye!
¿Qué pasa? Que uno sólo se va fuera el fin de semana y tú vas y lanzas otro retrato...
El bueno de Paul... Éste sí supo envejecer con dignidad, no como el otro de los implantes del pelo y demás cosas horripilantes.
Encima, mi difunto tío se le parecía tanto, que ahora estoy teniendo una extraña sensación de deja-vu melancólico...
En fin.
Se me ocurren, como poco, doscientas personas que preferiría ver muertas que a este gran señor.
K.
Claro Kamen! Se trata de hacer un retrato por semana, a ver si lo consigo mantener.
Me alegro mucho de que me visistes! Un beso muy grande
¡Cómo no!
Si te tengo agregá desde hace meses...
¡Un abrazo!
k.
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